Feliz Año Nuevo :-)

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En un alarde de originalidad :-) os felicito el año nuevo con este tema emblemático de Mecano, que estoy segura está sirviendo de ilustración en este mismo instante a un millón de blogueros en mi misma atolondrada tesitura. No doy pa más hoy…

Eran los ochenta, vivíamos vertiginosamente, con la sensación de urgencia que producía el levantarte cada mañana sabiendo que sobre el planeta pendía, afilada como los ojos de aquella siniestra Ángela Chaning, la espada de Damocles de la Guerra Fría. Vivíamos deprisa y sin pararnos a mirar las orillas de la senda, no queríamos que nada nos distrajera del hecho mismo de vivir, no se nos fuera a escapar un minuto sin haberlo exprimido hasta el tuétano. Sabíamos que algún tirano de sonrisa acerada y corbata de Armani también podía levantarse una mañana con el pie y el dedo izquierdo y apretar el botón que clausurara la Historia. Lo sabíamos y, aunque no solíamos pensar en ello de un modo obseso o cotidiano, en la puerta de casi todas nuestras apresuradas decisiones siempre colgábamos el cartelito de "por si acaso..."

Mecano, junto con Nacha Pop, La Frontera, y tantos otros grupos, formó parte del hilo musical que sazonó un tiempo, como todos, irrepetible. Yo recuerdo los ochenta con una morriña que no guardo para ninguna otra de las décadas que he vivido, que ya van siendo unas cuantas… En aquellos años no me encontraba mejor que ahora en casi ningún aspecto (menos el estético, claro, ahora tengo alguna cana más y alguna muela menos :-)), y, sin embargo, no puedo evitar que la piel se me erice cuando algún detalle, casi siempre insignificante, me transporta a aquella época de tejanos ceñidísimos, de cueros con cadenas y sombra de ojos fucsia, de pendientes monumentales y pelos azules (o a lo “Pamela Ewing”), de libertad nueva y destartalada, de colonias indigestas y pubs nocturnos decorados con láminas de Jim Warren. Tiempo de díscola alegría, y de algo que parecía amor y no lo era. Y la adolescencia...

Y como banda sonora de la nostalgia, aquel “La fuerza del destino", “Tú y yo”, "Me cuesta tanto olvidarte" y tantos otros temas inolvidables.

Afortunadamente, los tiranos de corbata y sonrisa de espuela nos perdonaron la vida y además se auto condecoraron como si permitirnos conservar algo que es tan íntimamente nuestro como el derecho a vivir, fuera para ellos un gesto benevolente de caridad cristiana. Nadie llegó a apretar el “play” del Apocalipsis, pero creo que la separación de los Mecano sí supuso el final metafórico de una época irreparable. Desde los ochenta, ni ellos ni nosotros, nada ni nadie, volvió a ser lo que era.

Y aquí os los traigo hoy (yo y un millón de blogueros más :-)), en un “alarde de originalidad” y en una versión algo acelerada para mi gusto, pero no he encontrado nada de mejor calidad en el hermano Youtube.

Espero que el año que en esta hora inauguramos os traiga todo aquello que deseáis.

Un millón de besos.