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05 mayo 2012

El hombre que plantaba árboles




"Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden, es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree".
Paulo Coelho


La primera vez que vi este corto fue en 1987. Ha llovido, nevado y granizado desde entonces :-), pero todo el granizo y la nieve del mundo no pueden desdibujar el recuerdo del impacto que esta historia tierna y dura a la vez causó en la sensibilidad en flor de aquella adolescente de sueños pajareros que era una por aquel entonces. Lo emitieron por Televisión Española y estuve mucho tiempo esperando una nueva emisión, escudriñando los canales y preguntándome si el milagro se repetiría. Yo era (y soy, este tipo de "títulos" son vitalicios :-)) parapléjica, vivía en un pueblo pequeño impracticable hasta para las cigüeñas, dejado de la mano de Dios en la cima de un cerro perdido en la nada. Y en los ochenta, la era Internet estaba aún lejana. Tampoco conocía el nombre del director del corto ni el del guionista, de hecho no conocía ni el título porque lo pillé ya empezado. Todo ello significa que tenía muy pocas posibilidades de encontrar una copia de ese video que tanto me había conmovido. Y lo dejé estar.

El tiempo pasó e hizo bien su trabajo: olvidé el corto y a Eleazar Bouffier, el viejo pastor, taciturno y generoso, que entregó su vida a la causa de la esperanza. Pero, como suele ocurrir, cuando dejamos de buscar el llavero, lo damos por perdido y cambiamos la cerradura, es cuando el llavero aparece :-) Sería hacia 1990 cuando unos familiares de Francia (unos primos de mi madre con quienes me escribía a menudo para practicar el idioma), me enviaron un paquete con algunos libros escritos en francés. Entre ellos había un ejemplar pequeñito, humilde, de pocas páginas, con un título que en principio no llamó mi atención: "L'homme qui plantait des arbres".

Y como el título no me dijo nada, lo dejé para el final, me leí los otros y, bastante tiempo después, decidí rendirme a sus súplicas. Empecé a leerlo con desgana porque estaba escrito en un francés muy complicado para mi nivel. Sólo cuando llevaba unas cinco páginas tuvo lugar la conexión: de pronto, por mi mente se empezaron a desplegar imágenes móviles, formas lejanas, líneas maestras llenas de poesía, de ternura y grandeza. El recuerdo del solitario pastor de la Provenza haciendo lentos agujeros en la tierra desolada, el perro "cariñoso pero no servil", el viento carnívoro que parecía modelar a su antojo la forma de las cosas y la mente de los hombres incitando a la locura y al suicidio a los pobres aldeanos sin esperanza, el paisaje triste, seco y retorcido como la raíz de un roble enfermo, las abejas redentoras, el forastero amable que se encariñaba con el pastor y con su esfuerzo paciente y titánico y cuyo aspecto físico iba siendo alterado por la saña del tiempo...

Y el milagro... El Edén surgido de la nada, como en el Principio...

Todo volvió a mi mente que seguía siendo una jaula de mirlos, como unos años antes, y casi me desmayo de la sorpresa y la alegría. Yo no había comentado nada a mis primos franceses sobre toda esta historia, así que sólo se me ocurrió pensar que Alguien, tejas arriba, no tenía nada mejor que hacer que aliarse con mis pobres sueños :-)   "Es increíble, era esto... ¡Sí, lo tengo!", exclamé.

Supe entonces que el título de tan hermoso relato era "El hombre que plantaba árboles",  un texto de ficción escrito hacia 1953 por el novelista francés Jean Giono. La Wikipedia me informa de que el padre de Jean Giono era "un anarquista que leía mucho la Biblia" y quizás esta influencia paterna explique esa trenza inaudita que forman en su relato la denuncia social y los símbolos tradicionales de la fe. Pero el ilustrador del libro que me enviaron mis primos, Willi Glasauer, no era el mismo artista que trabajó en la elaboración del corto de 1987 y, aunque las ilustraciones eran maravillosas, esto me decepcionó un poco porque, tanto o más que el relato mismo, lo que me emocionó hasta la médula fue el trabajo de animación que (ahora lo sé) Frédéric Back realizó de modo impecable. Sea como fuere, el cuento pasó a formar parte de la legión de libros de cabecera que acunan mi sueño y mi insomnio desde los años noventa :-)

La última vez que lo leí fue hace un par de semanas. Ya hace tiempo que encontré (¡por fin!) el corto de animación completo en la Red, pero no sabía si debía compartirlo con vosotros, si iba o no a ser de vuestro interés o si sentiríais al verlo la misma emoción que yo sentí la primera vez. A pesar de todo lo llovido, nevado y granizado desde su creación :-) el tema del cuento no puede ser más actual. El respeto por la Tierra, el respeto por los semejantes, el respeto y la fe hacia nosotros mismos como herramientas imprescindibles para redimirnos de los viejos errores, librar nuestro planeta del desastre ecológico y rescatar del fango nuestra Historia.

Y, como telón de fondo, la habilidad asombrosa de esa extraña criatura, el Hombre, el ser humano, tan humilde, tan soberbio, tan maléfico y tan magnánimo, una criatura extraordinaria capaz de llevar a cabo tanto el más atroz de los crímenes como el más grandioso milagro.


Espero que os guste.
Besos a todos.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

No conocía la historia
gracias por mostrarla
y presentarla de una manera tan
nítida en tus palabras.


Un abrazo,

Anónimo dijo...

MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR, TAN INTERESANTE TEMA.
UN ABRAZO

Anónimo dijo...

Me ha entusiasmado tu historia,Ana.

Y digo bien, tu historia, la que nos has contado, porque el vídeo aún no lo he visto.

Me gustan los "mirlos" de los que hablas y los "escarabajos dorados"! ¡Y me resultan tan familiares...! :)

Es difícil explicar con palabras, esa extraña sensación que sentimos cuando, de alguna manera, un acontecimiento sin aparente importancia para el resto del mundo, llega hasta nosotros para hacernos sentir que formamos parte del magnífico engranaje que marca el ritmo del Universo.

Volveré después a ver el vídeo y ya te cuento... ¡Tic, tac..., dichoso tiempo!

¡Hasta luego!

Besos.

Anónimo dijo...

Ana, your writing is so eloquent and tender, it is like reading a poem while floating mid air upon clouds. I did watch this lovely film and though I could not understand the spoken words, I still felt the magic just from the images and having read your beautiful post. Thank you for sharing such wonder. Hugs and kisses, Mina

Anónimo dijo...

Aunque disto mucho de ser una adolescente, el vídeo me ha conmovido, Ana.

Tenías razón. Los dibujos y la magnífica animación, incluso restan protagonismo al atrayente argumento, son geniales.

Gracias por todo.

Más besos.

Ana Márquez dijo...

Muchísimas gracias a todos y todas, sabía que este maravilloso relato os emocionaría como a mí :-)

Estaré un tiempo retirada de la Red, a ver si consigo controlar (oooootra vez :-SSS) alguno de los desagradables trastornos q me aquejan y q siempre están relacionados con trabajar demasiado. Un beso a todos y mil gracias por vuestra compañía.

Mina, this afternoon I sent to you the English version of this stunning video. I hope you have time enough to watch it complete and that you like it as I do :-) Many kisses, honey.

misticaluz dijo...

Siempre un grato placer el visitarte.

Gracias por compartir!

Abrazos de luz

Chogüi dijo...

Muy interesante la historia que has compartido con nosotros.
Cada día se aprende algo nuevo.

Abrazos.

Marimer dijo...

Ahora veo tu comentario, entre primero en tu otro blog, espero que ya estés recuperada. Algo, no se si parecido, pero sí continuas recaidas he tenido y estoy pesando dejar el blog una temporada, despues de una entrada que he de hacer en agradecimiento a unas buenas amigas.
Precioso este post, no conocia la historia y me ha emocionado, gracias Ana.
Besitos.

joaki007 dijo...

Ante todo espero que estés mejor y que pronto vuelvas por aqui...

Me ha encantado tu blog.

MARAVILLOSO ¡¡¡¡¡

Desde Barcelona , mi saludo.

Anónimo dijo...

ANA, a usted la sigo! profundamente admirada!
le dejo mi abrazo,
lidia-la escriba


pd:se que no gusta de mi escritura,pero bueno mi blog está actualizado,vaya a saber por que!

joaki007 dijo...

Gracias amiga

Pero por favor...tuteame....

Atentos saludos.

Caco dijo...

Es un cuento muy cálido y sobrecogedor, Ana. Aplicable a la esperanza y la realidad. Agradezco que nos hagas conocer este tipo de cosas que sin duda eclipsan la desesperanza.

Me asombra cuántas obras de décadas pasadas siguen siendo tan pertinentes en la contemporaneidad. Y me sorprende tu siempre toque mágico para hacernos descubrirte. Un fuerte abrazo hermosa, un placer seguirte.

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