Yo soy ella

Yo soy ella.

Me sobran, de pronto, treinta y tres años

y los arrojo a la nada que tritura lo perdido.

Con los que me quedan me enrosco,

como un estambre, en el nido pulsátil de su cuerpo.

Me arranco de mí para sembrarme en ella

y, a través de su vida, proyectarme –íntegra-

hacia el mañana.

Serán mis manos –sus manos-

las que sujeten ahora las riendas

del resignado caballito de juguete.

El espíritu gris de mis tobillos animará

la savia contumaz de los suyos.

Ella rescatará la olvidada identidad de mis rodillas,

para enhebrar una danza nueva que bailará por mí

sobre las aceras boquiabiertas de mi retorno.

Sobreviviré con sus piernas a la ira de los relojes.

Porque ella soy yo.

Reiré en su risa sobre el cadáver

descarnado del Tiempo,

mientras llamo con su nombre a mi futuro.

.....

Lo escribí para mi sobrina Gloria cuando cumplió cuatro años. Ahora tiene siete. Sigue siendo una niña extraña, taciturna, oscura y clara. A veces triste sin motivo, imaginativa e independiente. Creo que ella soy yo, yo tenía su misma mirada de hada prisionera de algún embrujo maléfico, aunque yo tenía más motivos que ella para añorar libertades. ¿Será posible la reencarnación sin dejar la carne? No lo sé, pero yo la miro y me veo, me miro y la veo... Eso sí, los pájaros le son indiferentes :-) Nada es perfecto.

Espero que os guste, besos a todos.